Hoy, con motivo a la celebración del 79º (septuagésimo noveno) aniversario de nuestro gran partido Acción Democrática, quiero hacerle llegar a nuestra militancia, amigos y a todo el pueblo venezolano en general, un mensaje institucional en momentos muy críticos para Venezuela. Y ese mensaje no puede ser otro que el del optimismo y la confianza, que desde su nacimiento le ha dado AD al país a lo largo de su historia, pero también el de la constancia y la claridad de objetivos que la caracterizaron en su desarrollo económico, político y social.
Ese optimismo es el mismo que, en su momento nuestros fundadores pusieron de manifiesto al darle vida el 13 de septiembre de 1941.En ese entonces también, fueron tiempos difíciles que pudieron ser superados siempre con la confianza de avanzar en condiciones adversas hacía un mejor futuro para los venezolanos. Se superó el largo período gomecismo con una innovadora propuesta democrática e institucional, en la etapa conocida como el trienio adeco, que luego de la emboscada perezjimenista, cobró vida nuevamente con ahínco y constancia en la segunda mitad del siglo pasado.
Se reactivó con Rómulo Betancourt al frente del sistema democrático que generó el verdadero desarrollo de una Venezuela pujante, moderna, industrializada, con grandes obras de infraestructura, con inclusión y ascenso social en la que todos los venezolanos podíamos aspirar y lograr metas de toda índole. Universidades, acueductos, planteles educativos y culturales, hospitales, verdaderos planes, programas sociales y una industria petrolera PDVSA, que llegó a considerarse la segunda más importante del mundo. Grandes obras de las que pueden dar fe millones de venezolanos y sobre todo sentir la diferencia entre aquello y el desastre que se vive hoy día.
Esos fueron los claros objetivos de nuestros fundadores y de quienes les siguieron, Betancourt, Gallegos, Leoni, Andrés Eloy, Prieto Figueroa, Ruíz Pineda, Valmore Rodríguez, Carnevalli, Carlos Andrés Pérez, Jaime Lusinchi, Pérez Alfonso, Gonzalo y muchos adecos más.

En ese quehacer, AD fue un factor importante para cohesionar voluntades políticas, gremiales y de todos los estamentos de nuestra sociedad. Juntos logramos apuntar en la dirección correcta, prueba de de ello es el cambio radical que ha sufrido Venezuela, con políticas distintas de este gobierno que tienen colapsado al país, pero también hemos visto cómo han fracasado las contradictorias estrategias de una parte de la oposición a la que invitamos a recapacitar y retomar el camino electoral que fue decidido por todos en enero de este año.
Estamos a tiempo de rescatar la coherencia, la ruta no puede ser la de dejar en manos del chavismo lo que realmente va a legitimarlo ante el mundo. El debate lo tenemos que dar desde adentro del parlamento y no permitir que esa AN sea otra vez roja rojita, como fue cuando dejamos de votar en el 2005 y esa fue la AN que quedó reconocida por el mundo, incluso por los EEUU y la Unión Europea; no se reconoció nuestra intención de deslegitimarla. Cuando votamos en el 2015, la que quedó reconocida fue la de la mayoría opositora participante. Por supuesto que debemos seguir luchando para que se mejoren las condiciones, pero de allí a desentendernos de esas elecciones siendo mayoría, es impensable e impolítico. Tendrían todo nuevamente a su disposición; y el mundo, tarde o temprano, muy a nuestro pesar reconocería a esa AN.
Es una gran responsabilidad la que tenemos por delante, debemos trabajar para rescatar la democracia, no para profundizar los problemas de la gente que hoy pasa además por este terrible virus. Hay que reaccionar con un mayor sentido crítico, siempre con miras a lograr un mejor país, en el que regrese el empleo formal, con una masificación industrial que lo genere, con el énfasis en el rescate del ciudadano de a pie, de su familia y su sustento, en el que haya una unidad de visión y acción de verdad, como lo pregona además nuestra querida y muy respetada iglesia católica, en sus planteamientos.
Hoy queda demostrado que las sanciones económicas y políticas impuestas internacionalmente son insuficientes para rescatar el país si no cuentan con una acción interna exitosa y en consecuencia fracasan y sus efectos secundarios son desbastadores para el pueblo de Venezuela. Las únicas derrotas que ha recibido el chavismo en 20 años han sido en el terreno electoral y el 6 de diciembre vamos a alinear el sufrimiento de país con el voto para derrotar al gobierno de nuevo.
Compañeros, simpatizantes, amigos, pueblo de Venezuela, ha llegado la hora de honrar nuestras raíces, así que manos a la obra por el rescate de nuestro país. Dios y la historia, os premiarán.
“Por una Venezuela Libre y de los Venezolanos”
¡¡Manos a la obra!!
Volvernos a vivir mejor
Volveremos a vivir mejor.